Considero a la vida como un conjunto de reglas, una serie de leyes que debemos conocer, así como existen reglamentos para dominar un juego de ajedrez, la vida también tiene sus reglamentos para todos los aspectos que contiene nuestra existencia; nada esta suelto, nada esta a la deriva, todo se mueve por una acción y se responde con una reacción, aparte de su naturaleza vibracional que la adaptamos según nuestros pensamientos predominantes, convirtiéndola en nuestra realidad.
Una realidad que la haces tu mismo, o una realidad que te la organizan los otros en tu vida.
Si aprendemos a educar nuestros pensamientos, el resultado de nuestros sentimientos serán favorables para nuestra emocionalidad, que se mostrara con una tranquilidad, y confianza en uno mismo en el transcurso de nuestro cotidiano vivir.
Es agradable acertar en esta vida, es agradable recibir de nuestra gente sus bendiciones, es agradable compartir vidas, el respeto a la individualidad, el respeto a la puntualidad por el tiempo ajeno compartido con nosotros por alguna reunión; y todo esto gracias al conocimiento de las leyes naturales, en la que nada hay que forzar, solo cumplir.